A veces desvirtuamos las palabras y “emprendedor” podría ser una de ellas.
Cuando la oímos «emprender» pensamos “en montar un negocio” pero el verbo tiene mucha más sustancia.
Ya sabes que me gusta mucho recurrir al diccionario de la RAE y para “emprendedor” encontramos la siguiente definición:
“Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”
¿Habla de negocio?, no.
Habla de iniciar, de acción, de valor, de superación, habla de aquello que vivimos constantemente tanto profesional como personalmente y que nos lleva a aprender.
Emprender parece más una actitud que nos lleva a disfrutar de los retos y a vivirlos positivamente.
En esa línea en el libro blanco “INprendedores: el arte del intraemprendizaje en la empresa” (EOI y Fundación Telefónica), encontramos la siguiente frase:
“Las personas, dentro y fuera de las organizaciones, sienten la necesidad de emprender cuando hay algo nuevo mejor de lo que ya había que les conduce a esa voluntad, ese ánimo, esa constancia y esa paciencia.”
Emprender podría ser una filosofía de vida, que suma empleabilidad.
Yo me siento emprendedor, ¿y tú?
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Foto de cabecera: Pixabay y jniittymaa0
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