
¿Qué significa cambio para ti?
¿Cómo describirías tu experiencia con el cambio?
Piensa bien la respuesta antes de contestar sobre cómo te afecta un cambio y cuál es tu reacción ante un cambio en tu rutina, tus costumbres, ya sean personales o profesionales.
En las reflexiones la humildad es importante.
El cambio puede ser perturbador o darte miedo, pero quizá el miedo se difumine si te preguntas:
- ¿Cuál es el sentido de urgencia del cambio?
- ¿Cuál es el riesgo de ambas acciones: hacerlo y no hacerlo?
Busca tu «sentido de urgencia» en el cambio
El sentido de urgencia respecto a un cambio es importante, te pongo un par de actividades como ejemplo para aclararlo:
- Cambiar de lavadora:
- Sentido de urgencia externo: La lavadora se ha roto tengo que comprar una hoy mismo
- Sentido de urgencia interno: Voy a ver qué lavadora necesito, tiene muchos años y ya da problemas
- Actualizar el perfil de LinkedIn:
- Sentido de urgencia externo: He perdido el empleo debo tener presencia en LinkedIn
- Sentido de urgencia interno: Quiero tener presencia social, empezaré por revisar el titular y el extracto de LinkedIn
En estos casos lo que da sentido a la urgencia, cuando es externa es la obligación, mientras que cuando es interna, es tu elección, eliges el momento, el motivo, te pones en marcha por ti.
¿Quién elige el sentido de urgencia en el cambio?
Tu eliges. Es importante no dejar que otras personas o factores externos sean quienes generen sentido de urgencia.
Las personas a las que no les afecta el cambio, que viven y respiran cambio, son del tipo “2”, es porque sus elecciones de cambio son internas.
Actualmente hay gran cantidad de cambios sucediendo: tecnológicos, económicos y empresariales, políticos, sociales, en las estructuras familiares,….
Y nos afectan en la forma de interactuar, comunicarnos, escuchar música, ver televisión, trabajar,…
E incluso cambios que producen shock.
¿Qué es el cambio?
El cambio es permanente y cada vez debemos adaptarnos a él con más rapidez.
El cambio es elegir, el cambio es comprometerte e involucrarte, el cambio es hacer las cosas de otra manera, adoptar una visión más integral y holística y para llevarlo a cabo de manera efectiva hay que buscar cambios incrementales y descartar los cambios radicales.
Preguntas para afrontar el cambio:
- Define el cambio que quieres realizar: ¿Dónde te encuentras hoy? ¿Es dónde quieres estar? ¿Qué quieres aprender?…
- Pregúntate respecto a los cambios: ¿Qué va a cambiar para mí? ¿Qué valor tiene lo que va a cambiar para mí? ¿Cuál es el riesgo de incorporar este cambio en mi vida (personal y/o profesional)?
- Comprende el cambio. Para entender realmente el impacto del cambio sal de “mi visión”, de “yo hago así las cosas”, de “yo soy así”, de “antes”,… Te permitirá entender a dónde quieres ir, por qué tienes que cambiar y qué tienes que aprender
- Desarrolla soluciones al cambio. Hasta que no realices el paso anterior e interiorices el “sentido de urgencia interno” no verás la necesidad de cambio y no podrás desarrollar acciones. Sin presión no tomarás medidas. Tus decisiones te definen, ¿cuál es el riesgo de hacer este cambio?
Con estas acciones crearás una conexión emocional que te permitirá incorporar pequeños cambios que se convertirán en cambios incrementales.
El cambio puede ser tan perturbador como tú decidas que lo sea. Si tus decisiones te definen, ¿cuál es el riesgo de incorporar el cambio que elijas a tu vida?
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Hay que saber interpretar las señales y lanzarse a la piscina cuando el cuerpo lo pide. Hay un 50% de que salga bien y un 50% de que no salga como lo tenias planeado . Pero saca lo mejor de tí, te reinventas, afinas con el pincel, investigas, descubres…Has que escucharse y saber cuando toca ilusionarse de nuevo. Buen post.
Muchas gracias por pasarte por el blog y comentar.
Si, efectivamente el cambio puede que no salga como lo tenias planteado pero siempre será un aprendizaje y eso es positivo en cualquier caso.
Me gusta lo de «escucharse», hay que hacerlo.