La diferencia entre éxito y fracaso está en la queja, cuanto más lo pienso más sentido tiene para mí.

“Queja”, el diccionario de la RAE la define como: “expresión de dolor, pena o sentimiento” y también como “resentimiento y desazón”

Ambas definiciones suenan devastadoras, negativas y angustiosas.

Así que ¿qué pasa si elijes no quejarte? El éxito está en tu mano.

Si elijes no quejarte, no hay varitas mágicas, la situación no desaparece por arte de birlibirloque.

Pero si elijes no quejarte, estás decidiendo no centrar tu atención en esa queja y con esa decisión:

• le quitas poder a la situación
• adoptas un optimismo inteligente

Y ahí la magia si la pones tú, construyendo para cambiar la situación con tu actitud, pasando de una actitud pasiva y victimista a una activa y positiva en la que:

• tomas el mando
• relativizas el momento
• aceptas que si no está en tu área de influencia mejor no machacarse
• contemplas la situación con ojos nuevos

Pero sobre todo eliges vivir esa situación en vez de sufrirla.

La queja:

1. consume tu energía y la de otros
2. es tóxica
3. resta oportunidades

Si eliges eliminarla, decidir y solucionar los problemas, ocuparte en vez de preocuparte, responsabilizarte de la situación y actuar, en definitiva, tomar las riendas de su vida y huir del victimismo de la queja, empezarás a sumar.

A menos queja más éxito.

¿A ti qué te parece? ¿Te animas a practicarlo?

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Foto de cabecera: Pixabay de JeongGuHyeok